Desde el miércoles 8 de noviembre hasta el viernes 8 de diciembre la Iglesia Católica en Chile celebra el mes de María, una tradición cristiana inserta en la cultura de nuestro país.
Hemos llegado al mes de Noviembre y a muy cercana distancia vemos que el año 2021 termina.
¿Por qué o desde cuándo se inició esta devoción en nuestro país?
No hay noticias de los inicios de la celebración del Mes de María en Chile. Dado el carácter mariano del comienzo de la evangelización, no parece exagerado afirmar que la devoción existiera desde el principio.
El origen del Mes de María en Chile ocurre cuando el Rector del Seminario Pontificio, Monseñor Joaquín Larraín, busca una manera de prepararse a la definición del dogma de la Inmaculada Concepción en 1854. Es probable que él conociera una antigua costumbre europea de dedicar el mes de mayo a la Buena madre del Señor y ubicó la celebración del Mes de María desde el 8 de noviembre al 8 de diciembre como manera de dirigirse a la Virgen. Para el mundo cristiano católico, María, es la madre de Jesús y Madre de todos, que con su sola presencia aviva el amor, garantiza la unidad y crea ambiente de familia.
La devoción del Mes de María, que se acostumbra a rezar en parroquias, comunidades, colegios, plazas y grupos familiares, se caracteriza por tener dos oraciones propias que están presentes todos los días en que dura este ejercicio de piedad. En cada jornada, puede incluirse el rezo del Rosario y se puede meditar una lectura bíblica. La celebración comienza o termina cada día con un canto infaltable: “Venid y Vamos Todos”.
Como parte de nuestro Proyecto educativo, queriendo aportar a la formación integral de nuestros estudiantes, adherimos a esta celebración tan tradicional y arraigada en nuestro país, realizando cada año (en tiempos sin pandemia) una actividad comunitaria, una vez a la semana, durante el período de clases de la mañana, en algún lugar del Colegio, con un acto en que la figura y presencia de la Virgen María pueda ser destacada, conocida, y valorada, en el contexto religioso y cultural, tanto como para quienes profesan la fe católica como para quienes no la profesan. Por lo mismo, como Departamento de Filosofía y Espiritualidad queremos compartir el Mensaje que una Delegada de Pastoral nos envía para la reflexión.
Querida Comunidad:
Como Delegada de Pastoral, quisiera dejarles un mensaje especial en este Mes de María, pensando en que por pandemia no podemos juntarnos a celebrar este lindo período como curso y comunidad en la entrada del Colegio junto a la Paty, apoderados y niños como en otros años en que se nos daba una instancia para cantar un ratito, orar o también en los salones con nuestro rincón Mariano.
Se entiende que tenemos un colegio diverso, por lo que no hay “obligación” alguna para participar de actividades. Sin embargo, creo que como colegio y sociedad hemos tenido un año duro por lo que siempre es bueno replantearse, reflexionar y agradecer lo que nos da esta experiencia de vida ¡Y pedir! -¿por qué no?- por lo que nos gustaría que el 2022 nos trajera a nuestras vidas y ponerle empeño para que así sea.
Si pensamos en María, madre de Jesús, también podemos trascender el concepto de Madre en la Historia … Y así, por sólo nombrar algunas de las miles de millones de madres en este mundo tenemos a:
- Marie Curie (1867—1934): Curie fue la primera mujer en ganarse el premio Nobel en dos áreas diferentes: física y química. Se casó con su colega, Pierre Curie, y tuvo dos hijas. Una de ellas, Irene, fue entrenada para ser su asistente y también ganó un premio Nobel.
- Elizabeth Cady Stanton (1815—1902): Esta mujer fue por más de 50 años, una de las líderes del movimiento sufragista en los Estados Unidos. Ayudó a organizar la primera Convención sobre los Derechos de las Mujeres en 1848 y años más tarde trabajó junto a otras activistas para establecer la Asociación Nacional de Sufragio Femenino para lograr el derecho al voto para las mujeres. Su activismo comenzó en contra de la esclavitud y fue la primera mujer en postularse para el Congreso. Tuvo cinco hijos y dos hijas, una de ellas eventualmente también se convirtió en activista por los derechos de las mujeres.
María, al igual que todas las madres, tuvo un rol imperante en la vida de su hijo. Entregó su amor incondicional para que Jesús pudiera cumplir su Misión.
Todos somos María, todos como Familia cumplimos ese rol imperante que está latente y potente en nuestros hijos para que ellos luego abran sus alitas y puedan cumplir su misión.
Los invito a conversar con sus hijos, a saber cómo viven este tiempo y qué significado tiene este mes en particular para ellos.
¡Un abrazo!
Constanza Marín, Delegada de Pastoral