Paula Garcés llegó a trabajar a nuestro colegio el año pasado. Justo cuando se iniciaba la cuarentena, por lo que su inicio fue bastante “accidentado” y lejano a lo que ella imaginaba como normal. Pero aún así, logró captar la esencia de este proyecto educativo e integrarse a trabajar con ganas en los ciclos Casa de los Niños y Salón. Psicóloga de la Universidad Católica, 30 años, nos cuenta cómo ha sido todo este proceso y los desafíos que ha tenido que enfrentar en este poco más de un año de trabajo junto a estudiantes y sus familias, como parte del equipo de Convivencia Escolar.
¿Que valoras de la filosofía Montessori?
Lo que más me atrae es el principio de educar en libertad para la libertad, porque a la base existe la confianza en los niños y niñas como sujetos de derechos, reflexivos y que son capaces de tomar decisiones acordes a tu etapa de desarrollo.
¿Cómo percibes al Colegio Epullay y a sus alumnos?
Lo primero que uno percibe, es un ambiente muy familiar y acogedor. Respecto a los y las estudiantes, es evidente que el desarrollo de la autonomía es una fortaleza y se manifiesta no solo en el trabajo en los salones, sino que en todos los ámbitos que implica la vida en el colegio.
¿Cuáles son las principales tareas y desafíos que te toca abordar con los estudiantes? ¿Se integra a las familias o se hace un trabajo más focalizado?
Como entré, justo cuando comenzó la cuarentena, lamentablemente, fue poco el tiempo presencial con los y las estudiantes, también con los equipos de guías. Ese fue uno de los mayores desafíos porque se pierden los espacios cotidianos de encuentro. Sin embargo, uno va aprendiendo que, aunque no es lo mismo que en modo presencial, se pueden ir generando lazos en la virtualidad.
En Casa de los Niños y Salón, el trabajo con las familias es esencial. El año pasado y también este, han sido tremendamente desafiantes. En ese sentido, el foco ha sido acoger y apoyar a las familias en tiempos de mucho estrés. Otro foco del trabajo ha sido el acompañamiento a los equipos de trabajo de guías quienes también pasan por momentos de mucho agotamiento.
¿Cuáles son los principales temas que trabajan con los alumnos?
Debido a la pandemia, un foco ha sido el reconocimiento y expresión de emociones, que en realidad, es transversal en todo el Programa de Desarrollo Personal. También el uso de plataformas digitales por el aumento de exposición a pantallas, lo abordamos desde la importancia de los hábitos saludables y la prevención de riesgos que hoy están presentes en la web. También abriendo espacios de reflexión con las familias, quienes tienen un rol fundamental, porque permiten dar continuidad y fortalecer todos los temas que vamos abordando.
¿El tiempo de pandemia y las cuarentenas, han sido especialmente demandantes?
Para mí es difícil comparar porque llegué justo con la pandemia y la cuarentena. Pero las dificultades que esto ha traído han sido similares en todas partes. Lo primero que vimos en la comunidad, fue el estrés y agotamiento que implicó cambiar completamente nuestras rutinas. Ha sido necesario contener emocionalmente a estudiantes y familias, pero también a los equipos de trabajo, que han tenido que cambiar la metodología de trabajo, sin perder la esencia Montessori.
¿Cómo ven, en general, a los estudiantes?
Los y las percibo muy interesados en su propio proceso de aprendizaje. La modalidad virtual ha sido un tremendo desafío porque se aleja de la metodología que conocemos, pero la motivación por el proceso de aprendizaje ha permitido aprovechar la virtualidad y convertirla en una vía de aprendizaje.
¿Cuáles los desafíos que vislumbran el corto plazo?
El acompañamiento a guías, estudiantes y familias, es el principal foco del Equipo de Convivencia Escolar. Esto implica fortalecer distintas áreas como el Programa de Desarrollo Personal. La formación y capacitación en diversos temas que hoy en día, tenemos la obligación de manejar todos quienes nos desenvolvemos en contextos educacionales. Pero sobretodo, abrir espacios de encuentro y escucha que permitan mantener un diálogo constante entre todos y todas quienes formamos parte de la comunidad Epullay.